El aspecto del consumo de energía de esta maquinaria es una de las grandes preocupaciones de los usuarios a la hora de decantarse por estos sistemas de calefacción.

La opinión general es que las calderas eléctricas presentan un consumo mucho más elevado que las calderas de gas, pero eso, depende de distintos factores, siendo los más importantes:

• El modelo de consumo que se presente en cuanto a la calefacción y el agua caliente sanitaria de la vivienda
• La eficiencia energética que presente el propio aparato, pues estas calderas han ido mejorando su eficiencia energética de manera muy rápida en los últimos años.
• El tipo de tarifa que se tenga contratada en la vivienda; pues se podrá contar con una tarifa con discriminación horaria, que presenta distintas franjas horarias de luz, donde el precio de la energía varía, pudiendo hacer uso de estos aparatos en los horarios donde el precio es menor, o podremos contar con una tarifa de precio estable, donde el precio a pagar por la energía siempre es el mismo.

Para poder ver de una forma más visual el consumo anual de esta maquinaria, comparándolo además con el consumo equivalente en una caldera de gas, para un piso de unos 90 metros cuadrados en el que viven tres personas, se arrojan los siguientes resultados:

El consumo de una caldera eléctrica es sutilmente inferior que el de una caldera de gas, sin embargo, se debe valorar que el precio de la luz, durante el último año, ha sufrido unas grandes fluctuaciones, llegando a picos en el precio realmente altos.

Además, en determinadas situaciones, cuando se pretende instalar una caldera eléctrica en una vivienda, se necesita de manera previa, una  modificación de la potencia contratada en el domicilio, pues en muchos casos, estos aparatos, al ser utilizados de manera pareja a otros electrodomésticos, provocan sobrecargas de tensión debido a que se rebasa la potencia disponible.

La modificación del contrato para aumentar la potencia contratada, supondrá un aumento del coste de las facturas de manera fija, pues la potencia eléctrica supone un coste fijo mensual para los usuarios, de manera que, a mayor potencia disponible por contrato, mayor coste fijo mensual.